Que resuene la voz del profetica, que nos hable, que nos diga lo que esta en el corazón de Dios, que enderece nuestros caminos torcidos, que nos de consuelo, que nos haga escuchar la voz del altísimo, que nos haga entender sus pensamientos profundos , que nos llene de nuevas fuerzas, que haga nuevas las sendas antiguas, que nos devuelva las fuerzas para amar intensamente.
Ay del pueblo que no tiene profeta, será un pueblo que no entiende, que pierde el rumbo, que cae en la desgracia de la desorientación y la apatía, que se desliza hacia el silencio de la muerte espiritual, hacia un moralismo cristiano incapaz de atraer o confrontar a un mundo que se pierde.
Háblanos Dios te rogamos que tu pueblo necesita oírte.
Levanta una generación de hombres que tu voz...
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