¿En qué se convierte el servicio cristiano cuando no hay adoración?
Si la adoración esta ausente en la vida del obrero, el olor fragante del servicio en amor se convertirá lentamente en fuego extraño (Nm. 26:61), las primeras obras realizadas con fe y alegría, pueden convertirse con el tiempo en en un peso de responsabilidad despojado de las vibraciones interiores del gozo y la gratitud. A este servicio el cielo no le sonríe, servid a Jehová con alegría es la instrucción que el salmista nos entrega el salmo número cien.
Como conservar el gozo cuando los reveses en la obra de Dios son tan frecuentes, cuando la problemática de servir a los hombre que en su naturaleza suelen ser cambiantes es tan complicada, cuando los ideales son constantemente puestos a prueba, cuando la ingratitud hace su aparición.
La adoración siempre debe preceder al servicio, de lo contrario este, tarde o temprano se verá contaminado por elementos extraños a la naturaleza de Dios. La disconformidad, la queja, el cansancio puede ganar el corazón y la frustración nos pone en el peligro del abandonar las tareas del Reino.
Cuando la llama de la adoración esta viva, el servicio no pierde su gozo y su brillo.
A los Efesios se les instruye en Apocalipsis Cap. 2 a regresar a las primeras obras, su servicio estaba contaminado con un espíritu diferente, y Dios los instruye a regresar a las primeras obras que habían sido dejadas de lado, las primeras obras deben ser también las postreras, obras o acciones normales en la vida del discípulo, la oración incesante, la acción de gracias, el cántico de alabanza, la adoración sincera, nos devuelven los bríos para servir con un corazón perfecto.
1 Tesalonicenses 1:3
acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.
Que hermoso el testimonio de los Tesalonicenses, hay palabras en este texto que aparecen conectadas; obras de fe, trabajo de amor, constancia en la esperanza, palabras que ponen de manifiesto la nobleza del servicio de estos hermanos.
No perderemos la dirección si seguimos la consigna: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás.
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