lunes, 12 de septiembre de 2016

Guarda silencio ante Jehová y espera en Él.


Salmos 37:5-6
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.

7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.


El silencio de las desiciones rectas tomadas con espíritu de mansedumbre, les permite a los hombres tomar ventaja de cierta inacción que produce la humildad y la discreción que aconseja la sabiduría, la que es de lo alto.

El accionar humano, prepotente y ampuloso, no deja pasar las oportunidades de tomar ventajas, esto ocurre en toda área de la vida humana, desde el comercio hasta el deporte, tampoco la iglesia está libre de este flagelo, pues la carne también se infiltra en los quehaceres de la casa de Dios.

Seguir esta regla nos hará padecer perdidas en lo inmediato, lo que se nos aconseja es guardar silencio y esperar en Dios, quien a su tiempo exhibe la justicia de sus santos.

Tal como Jesús nos instruye a esconder nuestras devociones y acciones de la mirada humana, para recibir la recompensa de nuestro Padre que nos ve en lo secreto, así las desiciones tomadas con espíritu de mansedumbre no pasarán inadvertidas a la mirada de nuestro Dios, y a su tiempo, (mientras dejamos que la cruz opere en nosotros) sabrá exhibir lo que a Él le resulta agradable.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Atravesando el valle de lágrimas...


Salmos 84:6-7
Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,
Cuando la lluvia llena los estanques.
Irán de poder en poder;
Verán a Dios en Sion.


El valle de lágrimas no se transforma en sonrisas y felicidad, sino en una fuente.

Será que Dios no trabaja para nuestra felicidad, sino para transformarnos en una fuente donde otros beban.

¿No pasó Jesus por allí? por un profundo valle de agonía y lágrimas, pero luego levantado por el Padre vino a ser fuente de salvación y consolación eterna para su pueblo, y ahora puede decir: si alguno tiene sed venga a mi y beba.

De igual modo los que han sufrido, no sólo tienen consejo que ofrecer, sino la frescura y la consolación de la victoria que fue alcanzada con obediente perseverancia, y tantas veces  con muchas lágrimas.

jueves, 10 de marzo de 2016

Invierno - Cristian Lopez

El invierno se acerca.  El invierno existe para las buenas reuniones de Grupos Familiares. Esas reuniones que llevan calor al alma y fuerzas al espíritu. Las que alimentan la mente como un banquete.  Las que se hacen cuando el clima exterior es hostil al encuentro.  La que contrasta con la frialdad del mundo. La que pone a prueba los compromisos de emociones ligeras.  Ya se vienen de esos encuentros...la razón del invierno.

lunes, 7 de marzo de 2016

El tropiezo de Esaú - Guillermo Cuart


"He aquí yo me voy a morir ¿Para qué pues, me servirá la primogenitura?"
"Así menosprecio Esau la primogenitura" (Génesis 25:32 y 34)
No debemos menospreciar las cosas que son santas. Ni lo que Dios nos ha dado, ni los recursos para crecer en Él o para ayudar a otros a crecer.
Asi como el caso de la primogenitura, que tuvo un gran impacto en la descendencia de Jacob y Esau; todo aquello que recibimos de Dios (en lo personal o colectivo) tiene impacto no solo en nuestras vidas, sino en la de nuestras familias y en la de los hermanos que nos rodean o cuidamos.
Atesoremos y vivamos todo lo que Dios nos muestra, la luz que Él nos da. Aun las pequeñas experiencias cotidianas con El. 
Un caso particular de este asunto es la depresion y el desánimo. Esau dijo "he aqui yo me voy a morir; ¿Para que pues me servirá la primogenitura?"
Muchas situaciones nos hacen preguntarnos si lo que hacemos para el Señor vale la pena.
Aun podemos entrar en una vision negativa de la vida, donde todo se acaba y es pasajero, y nada vale el esfuerzo.
Pero esa actitud de Esau hacia la vida afecto la bendición de Dios sobre él, y perjudicó a su descendencia.
De la misma manera, si tenemos una actitud semejante, saldrán perjudicados los que nos rodean. 
(Tratemos el desánimo).
Dios nos ha hecho habitar en familias, y nos ha puesto en medio de una comunidad de discípulos, para influenciar y afectar con Su vida a todos los que nos rodean.
No menospreciemos lo que nos ha dado. Atesorémoslo, meditémoslo, abracémoslo, vivamoslo.
Por nuestro bien, y por el de los que están con nosotros.