"He aquí yo me voy a morir ¿Para qué pues, me servirá la primogenitura?"
"Así menosprecio Esau la primogenitura" (Génesis 25:32 y 34)
No debemos menospreciar las cosas que son santas. Ni lo que Dios nos ha dado, ni los recursos para crecer en Él o para ayudar a otros a crecer.
Asi como el caso de la primogenitura, que tuvo un gran impacto en la descendencia de Jacob y Esau; todo aquello que recibimos de Dios (en lo personal o colectivo) tiene impacto no solo en nuestras vidas, sino en la de nuestras familias y en la de los hermanos que nos rodean o cuidamos.
Atesoremos y vivamos todo lo que Dios nos muestra, la luz que Él nos da. Aun las pequeñas experiencias cotidianas con El.
Un caso particular de este asunto es la depresion y el desánimo. Esau dijo "he aqui yo me voy a morir; ¿Para que pues me servirá la primogenitura?"
Muchas situaciones nos hacen preguntarnos si lo que hacemos para el Señor vale la pena.
Aun podemos entrar en una vision negativa de la vida, donde todo se acaba y es pasajero, y nada vale el esfuerzo.
Pero esa actitud de Esau hacia la vida afecto la bendición de Dios sobre él, y perjudicó a su descendencia.
De la misma manera, si tenemos una actitud semejante, saldrán perjudicados los que nos rodean.
(Tratemos el desánimo).
Dios nos ha hecho habitar en familias, y nos ha puesto en medio de una comunidad de discípulos, para influenciar y afectar con Su vida a todos los que nos rodean.
No menospreciemos lo que nos ha dado. Atesorémoslo, meditémoslo, abracémoslo, vivamoslo.
Por nuestro bien, y por el de los que están con nosotros.
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